sábado, 18 de septiembre de 2010

EDUCACIÓN Y SEGURIDAD EN LA CIUDAD

EDITORIAL

Desde los comienzos de su campana electoral, el actual gobierno porteño, se ha referido insistentemente a la falta de seguridad en las calles de nuestra ciudad, justificando así, entre otras cosas, la imperiosa necesidad de una policía metropolitana.

Pero si de seguridad hablamos, también tendríamos que referirnos a lo que significa seguridad y cuidado por nuestros niños y jóvenes.Qué es en el contexto actual ESTAR SEGUROS? Seguros de qué?Mucha gente hoy se despide con un CUIDATE, como si estuviésemos todos permanentemente en peligro.

Para nuestro actual gobierno PRO, cuidarse está referido casi exclusivamente a cuestiones de tránsito, a la delincuencia o a la violencia exterior….y hoy a la inseguridad que provocan los alumnos al tomar escuelas o realizar marchas de protesta por un mayor presupuesto educativo.

Qué es lo que inquieta tanto a las autoridades? De qué seguridad están hablando? Cuáles son los miedos a los que debemos enfrentarnos?

Miedo a que nos roben, nos maten, a la pobreza, al hambre, al desamparo, a la juventud que ha amanecido en estos días?…El miedo puede convertirse en un elemento muy poderoso que inmoviliza a veces, otras, organiza pasiones en común pero también divide y enfrenta a los ciudadanos.

Una antropóloga mexicana decía que QUIEN LOGRE APROPIARSE DE NUESTROS MIEDOS, NOS DOMINARÁ EN EL SIGLO XXI.

A la voz del gobierno porteño, se suman otras voces que expresan que los alumnos deben estar estudiando en lugar de protestar, que deben cumplir con los 180 días de clases como si fuese un castigo, en lugar de un derecho legítimamente adquirido.

Los jóvenes desaparecidos en la noche de los lápices fueron asesinados en nombre de la seguridad, el orden, la tranquilidad frente a la imposición de la fuerza bruta y el silencio público.

EL SILENCIO ES SALUD.Un lema memorable.

Puede haber cuidado sin dignidad del que se pretende cuidar?

Después de 34 años de democracia dejemos de contar cuantos años pasaron y empecemos a pensar cómo pasamos esos años.

Es hora que el Ministerio de Educación de la ciudad asuma su responsabilidad y se siente a dialogar con quienes reclaman mejores condiciones edilicias y salariales.Es hora que ofrezca soluciones reales frente a una comunidad educativa que sigue esperando y a la vez, exige mayor presupuesto para la enseñanza. Se acabó el recreo.

La adolescencia es una etapa del despertar del amor, pero también de las ideas, de las opiniones y confrontaciones, de la participación y del deseo de mejorar lo que ya existe y han hecho generaciones anteriores.

Hay jóvenes que han convocado a una rateada y sin contenido han terminado ese mismo día, hay adolescentes que tienen clubes de fans, otros se agrupan en las hoy llamadas tribus urbanas, otros han sido llevados a protestar contra el matrimonio igualitario, o han sido encaminados hacia las adicciones de todo tipo y color frente a la falta de perspectivas de un futuro más igualitario. Otros eligen un camino diferente: el de ejercer su ciudadanía, con los aciertos y errores que implican las prácticas sociales.

Son los que no quieren que sólo se les enseñe los contenidos de la materia Formación ética y ciudadana, sino que los derechos que se enseñan puedan ser llevados libremente a la práctica.

Es tarea de los adultos acompañarlos en la construcción de su identidad, en los compromisos y responsabilidades que van adquiriendo, en la solidaridad frente a sus pares y a la sociedad, en su búsqueda por una adultez que deje de lado el sometimiento, la indiferencia y la abulia y se nutra de deseos por una sociedad más justa, con más educación, mostrando dónde están y quiénes son los verdaderos tesoros de los argentinos.

Lic Elena Liniado

No hay comentarios:

Publicar un comentario