sábado, 25 de febrero de 2012

MAMARRACHOS DE ALMAGRO EN SINTONÍA


             

Hoy recibimos en  nuestro programa de radio a miembros de la murga Mamarrachos de Almagro:
Su director: José Ferré García, junto a Omar González y Federico Mercado, nos contaron sobre los orígenes y conformación del corso, que desde hace ya 9 años se presenta en los carnavales porteños.

Sus comienzos fueron en un merendero que se armó en la Parroquia Santa María junto a Cáritas, a la que concurrían una vez por semana, para que los chicos se recreen con diferentes juegos y simultáneamente, introdujeron la música y el baile para entusiasmarlos con la idea de desfilar durante el verano en el carnaval de Bs As.

Posteriormente ensayaron en la plaza ubicada en la Pza Gonzalez Tuñón, en pleno Balvanera, allí concurrían los pibes de la parroquia, pero también se fueron incorporando otros que provenían de hoteles y pensiones cercanas.

Finalmente la plaza se cerró por remodelaciones a cargo del Gobierno porteño, que durarían cuatro meses, pero hace ocho que permanece cerrada al público, razón por la cual, tuvieron que ensayar en la escuela Santa Cruz, que prestó sus instalaciones, terrazas y casas de algunos vecinos.

La presentación de toda murga porteña consta de desfile de entrada, glosa de presentación, canción de presentación, crítica, demostración de baile, glosa de retirada y canción de retirada y opcionalmente podría haber una canción de homenaje.

Por supuesto cada una cuenta con sus propios poetas y compositores, que son quienes animan sobre el escenario la danza de los bailarines. A ello se suma, la percusión, elemento de gran importancia para marcar el ritmo y compases a seguir  por la FANTASÍA, con la muestra de danza, durante toda la presentación.

Es importante señalar, que los adultos que conforman la murga, se suman al trabajo barrial que desarrollan con chicos y jóvenes, que encuentran en  Almagro y Balvanera, una zona plagada de hoteles y pensiones, un espacio artístico donde sus habitantes pueden participar gratuitamente de una tradición popular, después de ser muchos años prohibida y perseguida.

Desde la época de la colonia y en diferentes gobiernos, fue considerada escandalosa, molesta y/o ruidosa…por no decir abiertamente…que es una manifestación más de la cultura popular, que tanto incomoda a ciertos sectores sociales, porque brinda alegría, da color y brillo a lo que  hoy es considerado patrimonio cultural de la ciudad de Bs As.

Y aquí les dejamos los últimos versos escritos por Federico (PIPO), que pensando en la tristeza que nos ha embargado el choque ferroviario de Once quiso hacer un aporte a modo de homenaje a los damnificados por tan tremenda tragedia.
Magia pura
Una calle cualquiera, simple y cotidiana, que hasta hace poco mostraba su rostro diario, como por arte de magia cobra nuevo encanto.
 La cruzan un cielo banderines de colores, lucecitas de vereda a vereda y un mar de vecinas y vecinos con olas de pibas y pibes jugando enloquecidamente.
Y a este retazo de la vieja fiesta del pueblo, a este pedazo de encuentro barrial, llega la murga, con su remolino de colores, brillando desde la esquina, pateando el asfalto, volando en el aire de febrero y cayendo con su encanto carnavalero.
Una calle cualquiera, todas las calles. Un barrio cotidiano, cada barrio, un mágico encuentro de Carnaval. Retazos, fragmentos, collage de la fiesta que nos damos a nosotros.

I
Terraza al fondo. La murguita ensaya. Hace lo que puede con su plaza cerrada. -obviamente todo negociado es más importante que una murguita de barrio-. Por el tapial asoma la luna, enorme y brillante en la noche de febrero. En la pared de atrás, una lamparita mira a este puñado de murgueras y murgueros ensayar, equivocarse, volver a empezar, divertirse y seguir ensayando. En las paredes las sombras del baile, una multiplicada pirueta de alegría rebota en la terraza al fondo. Cuanto tiempo hemos soñado/viendo la luna alumbrar/con las noches de febrero/recorriendo el arrabal confiesa la canción de presentación. El sueño empieza.

II
Corso de barrio. Una murga corta la cortada. La nochecita está hermosa. Ronda de gente, la murga baila. Algunos miran por entre medio de las cabezas de la gente. Una señora empuja un poco para hacerse lugar... llegaría a enojarme si no viera que busca llegar a una niña  acompañada de otra señora. Se dan vuelta las dos y la anciana entrega una enorme y bonita gorra rosa, con una exagerada visera que un poco levantada vuelve el rostro de la niña más bello. Luego saca maquillaje y dibuja sobre las mejillas algunos firuletes. Tanta ternura merece lugar en la fiesta del barrio.

III
En la callecita está todo más cerca. Retirada, nos vamos con el aplauso afectuoso del público, cantando el pedacito de canción que se repite y se repite. Bajo a la calle y como está todo más cerca llego al medio de mi murga que canta la Bajada Por una calle azul…” y los veo pasar sonriendo y cantando “…de mágico esplendor…” los brazos subiendo y bajando “… se van Los Mamarrachos…” en un remolino de color “…cantando su canción…” como una profecía, aquel verso escrito en alguna noche lejana recordando y añorando Carnaval se hace realidad ahora. Nos vamos cantando nuestra canción. Los bombos callan inesperadamente, y allí quedan nuestras voces, bajo la noche de febrero. Un soplo de eternidad se cuela en ese momento donde las voces, la canción, el momento, plasman el espíritu de la fiesta.

IV
Nos vamos del corso que no nos dejó hacer la presentación completa. Un cielo negro de tormenta, es el espejo de nuestros corazones. El cielo pareciera explotar de impotencia, de bronca. ¿Quién tiene derecho a cortar la alegría? La murga viene a dar todo y no puede ¿Quién puede arrogarse ese derecho? Pero la murga es la Maga del Carnaval. Todo anuncia que a la hora de la otra actuación debería caer la tormenta con toda la furia. Pero la murga viene a dar todo. Nos reunimos todos en medio de la calle. Habla uno, habla otro. Alguien dice recuerden que bailamos por todos los que se pusieron esta levita y por todos los que vendrán cuando termina, explota el grito colectivo de alegría. El hechizo ya está lanzado. Llega la hora y la murga da todo. Luego, de madrugada, cuando todos ya dormíamos, comenzó a llover…

V
El pibe salta, patea el suelo y vuelve a volar. Los brazos se agitan ferozmente. Los flecos de la levita se agitan y parecen desaparecer. El verde y el violeta también. El pibe salta, patea el suelo y vuelve a volar. Gira y ya parece no haber traje, un borroso pantalón de un gastado marrón pobre cruza el aire, una cuerda por cinturón, la espalda brilla de sudor bajo la luna y la noche de verano. El negro salta, patea el suelo y vuelve a volar. Sus tobillos aún muestran las marcas de las cadenas, siglos de esclavitud, cuando el paso lo marcaban los escasos centímetros de los eslabones. Ya no. Ahora el paso es ancho. Por eso salta, se alza en el aire y una pierna se separa de la otra, cae, patea el suelo y gira. La sonrisa brilla también en la oscuridad. El negro salta, patea el suelo y vuelve a volar. La sonrisa brilla bajo el ala de la galera mientras el murguero salta y patea el suelo y vuelve a volar.

De lejos, el bombo es un monótono corazón ajeno.
Alguien escupe “…existiendo el carnaval de Bahía no se puede llamar a esto Carnaval…!”, “a mi el corso me entristece”, “siempre tocan lo mismo”, “¿eso es bailar?”… pero escupen de lejos, allí donde el bombo es un monótono corazón ajeno.

Ninguno se anima a decir que la tristeza habita en ellos, no en la fiesta que brilla en una calle cualquiera de cualquier barrio mágico en Carnaval.
De cerca el bombo es corazón vibrante, el plato alumbra, desborda el pulso, el baile es liberación y la fiesta es un mágico sueño que no queremos olvidar y que alguien nos recuerda: “…hemos vuelto a mostrar que dejamos el alma y eso es algo que no tiene precio ni puntuación…Desde las mascotas que siempre brillan y nos enseñan el camino, hasta el último de los murgueros. Todos han hecho que estas noches sean mágicas; como mágico es el carnaval, como mágico es soñar con un mundo donde sea moneda corriente animarse a ser felices sin más…”
           
 De lejos, el bombo es un monótono corazón ajeno.
 De cerca la fiesta es vibrante magia.
 De adentro el Carnaval es alegría compartida, desbordante, contagiosa.           

La murga se despide, como siempre, eternamente, soñando que volverá.

          
Pipo
Febrero de 2012

Si querés escuchar el programa completo, cliqueá aquí:





1 comentario:

  1. Versos llenos de magia y principalmente de mucho amor. Gracias Mamarrachos por tanta alegría...
    Se apagó lamentablemente por una tragedia, pero el trabajo continúa y el esfuerzo está a la vista...
    Excelente la nota, muy transparentes y claros los comentarios y todo lo que han contado.
    Abrazo murguero... La Maga

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