sábado, 29 de noviembre de 2014

ABUSO SEXUAL INFANTIL: L@S NIÑ@S NO MIENTEN.




 Esta mañana abordamos la temática del abuso sexual infantil con Gabriela Dueñas*, una cuestión de difícil tratamiento desde los medios, si se tiene en cuenta a los niños y niñas como sujetos de derecho y a las familias afectadas que necesitan de contención e intimidad en el tratamiento de cuestiones tan delicadas.

Es por eso que denominamos a esta entrevista con el título de Abuso sexual infantil: L@s niñ@s no mienten.
Las denuncias de abuso sexual infantil no siempre tienen pruebas físicas. Pero sí la voz de chicos y chicas que relatan su historia y que en la Argentina empezaron a escucharse a partir de 1983, con el regreso de la democracia. Sin embargo, los agresores no sienten un “mea culpa” ni se entregan  mansamente a la justicia. Su mejor defensa es silenciar la voz de niños, niñas y adolescentes que revelan ser ultrajados después de largos períodos de sufrimiento físico y psíquico.
Un tema que requiere de formación, más que de capacitación,  por parte de profesionales de la salud mental, los docentes, jueces y abogados con los que Gabriela y equipos especializados vienen trabajando a lo largo y ancho del país.
Hay conductas indicadoras de abuso en niños y niñas que deben ser miradas y consultadas a otros adultos, por ejemplo en situaciones escolares en donde reiteran ciertos comportamientos, compartirlo con el personal de conducción, con los mismos colegas y con especialistas que puedan entender qué nos está diciendo un niño/a.
Estas situaciones resultan tan angustiantes para los adultos, que como mecanismo defensivo manejan otro tipo de hipótesis en relación a las posibles causas de sus conductas y les cuesta reconocer la posibilidad del abuso sexual como posible origen de las mismas.
Está comprobado que la mayor parte de los abusos sexuales en la infancia se dan entre los adultos “cuidadores”, del propio seno familiar. Eso genera en l@s niñ@s grandes contradicciones ya que son sus propios padres, madres, lo que supone un doble ultraje, el que debe cuidar lo ultraja. Eso genera un sentimiento de ambivalencia en un conflicto de lealtad, de amor y de temor frente a quienes deben amarlo y cuidarlo.
Hay síntomas reiterados llamativos a tener en cuenta: problemas de enuresis, pesadillas, problemas de aprendizaje,  porque va inhibiendo su pensamiento a tal punto que empieza a manifestar retracciones significativas en sus aprendizajes. Son señales de alarma a tener en cuenta, aunque no sólo pueden ser originadas por abuso.
No se puede pensar automáticamente que son síntomas neurológicos, sino que es necesario indagar colectivamente, y llamar a organismos que asesoran qué es lo que se debe hacer, antes de consultar a las familias, ya que podría ser contraproducente si el abusador-a está en su propio núcleo familiar.
En estos días hemos escuchado y leído en palabras de Eva Giberti, coordinadora del Programa Las Víctimas contra las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de  la Nación que más de la mitad de denuncias de abuso sexual infantil NO se investiga o.quedan en la nada porque la persona denunciante no continúa el trámite ante la justicia por temores, complicaciones o desconocimiento.
Las víctimas contra las violencias, niños y niñas de la Ciudad de Buenos Aires cuyos familiares han recurrido a las comisarías para denunciar el abuso: una madre, una tía o una vecina,llegan con la víctima de la mano y,  en oportunidades SOLO piden la intervención policial.
La policía inmediatamente se comunica con el Equipo que se ocupa de Delitos contra la Integridad Sexual y que depende del Programa las Víctimas contra las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos porque desde el 2006  tiene obligación de convocarlos.
El Equipo se hace presente, dialoga con el niño o la niña, escucha al adulto, y automáticamente se convierte en el testigo que habrá de reproducir su diálogo con el niño o la niña en calidad testimonial ante el juez que es la primera persona técnica que toma contacto con la víctima. El juez atiende este testimonio  fundamental para la continuidad de la investigación.
El tema del abuso no depende de las clases sociales, sobre todo en los sectores medios y altos de la sociedad , donde se barajan hipótesis de todo tipo, pero no se puede reconocer la posibilidad de abuso, por cuetiones impensadas, ideológicas o porque se ESO no se habla.
También Gabriela destacó otro tipo de abuso “sutil”, cuando hay una erotización de los niños, ya sea cuando se lo bañando a los 8 o 9 años, se lo toquetea, se lo besuquea, o se va a dormir en la misma cama, donde el niño no es identificado como sujeto de derecho sino de la propia satisfacción.
En  2006 se denunció la persecución a psicólogas que tenían que contratar seguros por la cantidad de juicios contra su patrimonio por parte de poderosos y adinerados acusados.  O sea, de la desmentida de la palabra de los niños se pasó a la desmentida de la palabra de quienes trabajan en función de su protección, para paralizar y dejar impotentes a quienes deberían seguir siendo los portavoces de la auténtica palabra de los niños.
Frente a una mayor visibilización y denuncias de abuso sexual existe  una corriente de retroceso para dejar impunes a los agresores, revincular a las niñas o niños con sus victimarios (en muchos casos sus progenitores), perseguir a psicólogas comprometidas, desalentar la intervención de otras profesionales en la defensa de niñ@s abusad@s y hostigar en redes sociales a víctimas, madres protectoras, profesionales de la salud, organizaciones contra la violencia y periodistas que visibilizan el abuso sexual.
Contribuir a que el grito callado se oiga, las víctimas no sean las culpables y el silencio cómplice se rompa, es parte de nuestra responsabilidad como adultos y tener en cuenta que los que “olvidaron”,  cualquier día de cualquier año, debido a un estímulo inesperado, sienten que ALGO del pasado les devuelve las vivencias de aquella criatura y recuerdan entre nubosidades borroneadas pero presentes aquellas horas de asco y de terror.
Una charla imperdible, para reflexionar y seguir debatiendo y conociendo.


En esta emisión Adriana Bekerman habló de la importancia de la seguridad en el traslado de los niños cuando viajan en auto, la responsabilidad que les cabe a los adultos al sentarlos en el asiento de atrás y colocarles el cinturón de seguridad.
Otra forma de cuidar su integridad física y mental, partiendo de la base que los accidentes de tránsito son prevenibles y que las principales víctimas son siempre los niños y niñas.
También escuchamos los testimonios de padres y docentes de UTE sobre el tema de las vacantes en escuelas públicas de la Caba, que sigue sin resolverse, quedando afuera cientos de chicos fuera de las instituciones educativas. Y de los educadores del Plan Fines, que reclaman salarios atrasados.


* Dra. en Psicología. Lic. en Educación y Psicopedagoga. Docente universitaria, de grado y posgrado .USAL y Universidad  Nacional  de Rosario. Supervisora clínica del Gabinete Central (EOE) y del CENTES 1, Autora entre otros de  "Niños en peligro. La Escuela no es un hospital" y miembro del Comité de Referato de la Revista Generaciones de la UBA-


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